Historia similar, historia de dominio, historia de despojo, historia de esclavitud…Siglos viviendo bajo el peso de una corona de las monarquías europeas. Años de desolación que se implantaron con la espada y la cruz. Cuando llegó la hora de las independencias luchamos contra la tiranía de oligarquías que tan lejanas a nuestros pueblos, como a los idearios de San Martín, de Bolivar…Las constituciones de matices en los cuales se veían las influencias de las minorías, descuidaron y olvidaron a la totalidad de los habitantes de nuestro continente. Atrás quedaron los pueblos originarios, los pobres, los provincianos, los caudillos…Fuimos siempre la “barbarie” frente a una “civilización” terrateniente que impuso a sangre y fuego sus idiosincrasias europeizantes.
Hoy nuestros hermanos paraguayos ven con asombro como aún, y después de tantos años, la cruz y la espada intentan sofocar los verdaderos reclamos de ese aguerrido Paraguay que no cesa de reclamar.
Nuestro sindicato está con el pueblo paraguayo, con los que nunca hubieran apoyado esta farsa jurídica que alejo al presidente Lugo de la presidencia. Sabemos que la democracia vive cuando existe la justicia social, la soberanía nacional, la inclusión, la plena vigencia de los Derechos Humanos, en fin, cuando se gobierna no sólo para las minorías, sino para todas y todos.