El reloj de la Historia detuvo su andar milenario. Desde el pasado se hicieron presentes los ecos de 30.000 voces, la historia de cada uno de ellos.
Cuantos momentos de soledad, de incertidumbre, de desazón padecieron sus familias. Todo parecía perdido, y sin embargo con el tesón que los mantenía en pie, siguieron adelante, sin desfallecer.
Este 17 de febrero, después de días que se transformaron en años de lucha, vieron coronado su anhelo de justicia.
Fue el gran día. Hoy se sentaron en el banquillo de acusados todos aquellos que participaron activamente, los que torturaron, los que encubrieron, los que robaron. Fuimos testigos que a la verdad es imposible tratar de mancillarla o esconderla. Su brillo resplandece incluso en medio del lodazal.
El Megajuicio es el triunfo de la justicia, de la lucha, de la perseverancia.
Allí veremos a los responsables civiles y militares responder por los múltiples atropellos a los Derechos Humanos.
Desde nuestro sindicato instamos a compartir cada una de las audiencias. Es de vital importancia la presencia de trabajadores de la educación de gestión privada, no sólo por el compromiso que nos une a los compañeros desaparecidos víctimas de la dictadura cívico-militar, sino que debemos transmitir en las aulas la historia reciente de nuestro país, tenemos la obligación de formar a nuestros alumnos para que respeten de forma irrestricta los DD HH en orden a la formación de una sociedad justa y libre.